Tips para desarrollar el hábito del orden
Los papás y las mamás estamos acostumbrados a hacer valer nuestra opinión ante cualquier situación que se nos dé con nuestros hijos e hijas.
¿Has vivido alguna vez una explosión de ira de tu hijo o hija?
¿Cuándo se enfada insulta, pega, grita, rompe cosas o se autolesiona?
Estas situaciones pueden ser una fuente de tensión y malestar en la familia. Por eso, aprender a contenerlas es sin duda esencial para mejorar el clima familiar.
¿Por qué mi peque tiene arranques de ira?
Todos y todas vivimos situaciones que nos producen frustración y angustia. Las tensiones del día a día, el trabajo, a veces incluso un cambio de plan inesperado lleva a las y los adultos a sentir enfado. Estas mismas sensaciones las viven los peques de la casa, con un hándicap añadido: su cerebro no está totalmente desarrollado y tienen más dificultades para controlar su reacción.
Todos y todas vivimos situaciones que nos producen frustración y angustia. Las tensiones del día a día, el trabajo, a veces incluso un cambio de plan inesperado lleva a las y los adultos a sentir enfado. Estas mismas sensaciones las viven los peques de la casa, con un hándicap añadido: su cerebro no está totalmente desarrollado y tienen más dificultades para controlar su reacción.
La corteza prefrontal termina de desarrollarse entre los 20 y los 25 años, y está directamente relacionada con la regulación de la ira, en concreto con la respuesta que damos ante este sentimiento. Por tanto, es muy difícil que los más pequeños respondan con calma ante situaciones que les incomodan.
Por eso, controlar conductas violentas en los peques cuando sienten ira es un trabajo de largo recorrido. Pero no podemos darnos por vencidos ya que resulta esencial para su desarrollo psicosocial.
¿Qué puedo hacer para que mi peque no llegue a tener una explosión de Ira?
Para poder anticiparnos a estás reacciones hemos de saber identificar cuando se van a producir. Hemos de saber leer en nuestros y nuestras peques cuando se está gestando la explosión. Y es que normalmente hay señales que nos anuncian lo que va a ocurrir: cambios en el tono de voz, en el ritmo de la respiración, situaciones concretas que suelen ser desencadenantes, etc.
También es importante que ellos mismos aprendan a percibir que su enfado está llegando a un momento de explosión, para que puedan pedir ayuda antes de colapsar. Para lograrlo debemos hablar sobre sentimientos y ayudarle a identificar cómo su cuerpo anuncia que se está enfadando. Podemos hacerlo preguntándole cosas como ¿Has sentido calorcito en la barriga? ¿Has apretado los dientes? ¿Has sentido como una nubecita en la cabeza?
Cuando nos damos cuenta, o ellos nos avisan, de que se puede producir una explosión de ira, podemos utilizar diferentes técnicas:
¿Y si no he llegado a tiempo para detener la explosión?
En este punto es aún más importante que nosotros o nosotras mantengamos la calma. No podemos esperar que los y las peques aprendan a controlar su frustración si nosotros no somos capaces de mantener la nuestra.
Y llenos de calma validamos sus sentimientos. Sí, los validamos. Porque enfadarse es totalmente legítimo. No es su sentimiento lo que debemos reconducir, sino su reacción ante el sentimiento. Podemos utilizar frases como “Veo que estás muy enfadado”, o “Entiendo que te enfades. Yo también me siento mal cuando…”.
Es importante entender que el foco no lo debemos poner en el sentimiento, sino en la reacción. Porque si lo que hacemos es enseñar a los peques a esconder sus sentimientos, a no mostrar su descontento, podemos provocar otro tipo de problemas: explosiones más violentas cuando ya no pueda contener la frustración, depresiones por guardarse dentro todo lo que le afecta, etc.
Si en la explosión de ira intenta hacerse daño, romper cosas o pegar a alguien, es importante que lo contengamos, incluso si es necesario reteniendo al peque en nuestro brazos. No empleando la violencia, sino consolando y validando su sentimiento.
Acto seguido hay que explicar que la reacción violenta no es
válida: “Estar enfadado no es excusa para que insultes o pegues”.
Si en la explosión de ira intenta hacerse daño, romper cosas o pegar a alguien, es importante que lo contengamos, incluso si es necesario reteniendo al peque en nuestro brazos. No empleando la violencia, sino consolando y validando su sentimiento.
Acto seguido hay que explicar que la reacción violenta no es válida: “Estar enfadado no es excusa para que insultes o pegues”.
Hay que poner el acento en las consecuencias de sus actos y una vez que este calmado deberá restaurar lo que haya ocasionado. No se trata de obligar a que pida disculpas sin más, porque en muchos casos ni siquiera entienden el mecanismo de la disculpa. Pero pueden expresar que lo sienten con sus propias palabras, si han lanzado cosas tendrán que recogerlas (podemos ayudarles, pero ojo… nosotros les ayudamos a ellos, no ellos a nosotros), etc.
Utilizamos la experiencia para aprender
Es importante que aprovechemos la situación para aprender para el futuro, por ejemplo dándoles alternativas de como expresar su enfado: podemos hacer un juego de mímica, o de expresión facial para que vea que el enfado se refleja en el rostro, y que no es necesario romper nada, ni gritar para que nos demos cuenta.
También hay que enseñarle a expresar verbalmente su disgusto, que sepa decir como se siente. Los peques deben aprender desde bien pequeños a ser empáticos, pero también a ser asertivos y expresar lo que les duele.
Por último, hay que tener en cuenta que si el enfado ha venido sobrevenido por una conducta injusta hacia él (le han quitado un juguete, le han empujado, no le hemos escuchado cuando lo ha pedido educadamente…) son ambas conductas las que deben recibir atención por nuestra parte. Es decir, no podemos dejar de actuar ante el arranque de ira porque su enfado sea “justo”, ni tampoco podemos dejar de actuar sobre la injusticia porque la respuesta del agraviado haya sido desmedida.
Los papás y las mamás estamos acostumbrados a hacer valer nuestra opinión ante cualquier situación que se nos dé con nuestros hijos e hijas.
Beneficios de Aprender a Perder Seguramente en más de una ocasión has tenido que presenciar rabietas, enfados, berrinches o pataletas cuando tus peques pierden en
Los papás y las mamás estamos acostumbrados a hacer valer nuestra opinión ante cualquier situación que se nos dé con nuestros hijos e hijas.
Azahorí, educar en familia
¡No te pierdas nuestras actualizaciones y eventos!
SEO de Commander-SEO
Cookie | Duración | Descripción |
---|---|---|
cookielawinfo-checkbox-analytics | 11 months | This cookie is set by GDPR Cookie Consent plugin. The cookie is used to store the user consent for the cookies in the category "Analytics". |
cookielawinfo-checkbox-functional | 11 months | The cookie is set by GDPR cookie consent to record the user consent for the cookies in the category "Functional". |
cookielawinfo-checkbox-necessary | 11 months | This cookie is set by GDPR Cookie Consent plugin. The cookies is used to store the user consent for the cookies in the category "Necessary". |
cookielawinfo-checkbox-others | 11 months | This cookie is set by GDPR Cookie Consent plugin. The cookie is used to store the user consent for the cookies in the category "Other. |
cookielawinfo-checkbox-performance | 11 months | This cookie is set by GDPR Cookie Consent plugin. The cookie is used to store the user consent for the cookies in the category "Performance". |
viewed_cookie_policy | 11 months | The cookie is set by the GDPR Cookie Consent plugin and is used to store whether or not user has consented to the use of cookies. It does not store any personal data. |